El curso de la enfermedad está condicionado a factores externos a los pacientes, esta conclusión se ramifica en diferentes direcciones, todas ellas relacionadas con las condiciones del entorno.
- La situación financiera de los afectados es un factor clave.
- El impuesto al azúcar o los carriles bici mejoran el ambiente.
- Los roles de género son barreras invisibles.
En el mundo hay 463 millones de personas afectadas por la diabetes, de acuerdo a las estimaciones realizadas por la Federación Internacional de Diabetes en 2019. Pero no todas pueden manejar su enfermedad en las mismas condiciones. 370 millones de ellas viven en países de ingresos bajos y medios, como es el caso de las regiones de Latinoamérica y el Caribe. En estas zonas, muchos pacientes se ven comprometidos a elegir entre pagar sus medicinas o llegar a fin de mes. Entre cuidar a su familia o cuidarse a ellos. O entre comprar frutas para unos días o refrescos para todo el mes. Estas situaciones vulneran su dignidad y les dejan expuestos ante una enfermedad crónica, que no descansa. El proyecto de investigación participativa CEAD explora nuevos enfoques para mejorar las condiciones en las que la población nace, crece, vive, trabaja y envejece. Su objetivo es generar un contexto en el que el derecho a una vida digna con diabetes esté garantizado.
El sistema de salud y el contexto del paciente son dos de los factores de mayor influencia en el manejo exitoso de la enfermedad para las personas diabéticas latinoamericanas y caribeñas. En cuanto al primero, el acceso a una atención sanitaria adecuada es de gran relevancia. La cobertura sanitaria universal, la atención centrada en el paciente, la disponibilidad de recursos humanos y materiales, la planificación del tiempo y la comunicación entre diferentes servicios son aspectos clave para que el sistema de salud proporcione una correcta atención. Sin embargo, los sistemas sanitarios de estos países no siempre cumplen con estas características. En ese contexto, los pacientes se ven obligados a asumir los costes derivados de su enfermedad. La situación financiera se torna entonces determinante para poder hacerle frente. Sin estabilidad económica, recurrir a la sanidad privada a través de la contratación de un seguro médico se dificulta. Algunas personas diabéticas deben enfrentar su enfermedad con una atención médica insuficiente, o sin ella. En ocasiones, los pacientes tampoco pueden asumir el gasto en medicinas e instrumental para la diabetes y abandonan o reducen el tratamiento. Las estrecheces económicas también llevan a algunos afectados a bloquear su disponibilidad para dedicarla al trabajo. Por todo ello, la situación financiera está relacionada con una menor adherencia al tratamiento. Seguir los protocolos de atención a la diabetes como asistir a citas periódicas, modificar la dieta o seguir un régimen de ejercicio se complican cuando el tiempo y el dinero escasean.