- Se debe adaptar el modelo de gestión al contexto geográfico
- Los recursos materiales y humanos deben mejorar
- La atención centrada en el paciente es eficaz
Los sistemas sanitarios de Latinoamérica y el Caribe enfrentan un reto de gran envergadura: mejorar la prevención de la diabetes y asegurar a la población el acceso a una atención médica adecuada. La organización de los sistemas de salud es uno de los factores del entorno del paciente que mayor impacto pueden tener en la gestión de la enfermedad. Pese a que desde hace años existen recomendaciones de eficacia demostrada para mejorar la salud pública respecto a esta enfermedad, éstas se enmarcan en entornos con altos ingresos. El proyecto CEAD (Contextualización de la Evidencia para la Acción en Diabetes) ha investigado las particularidades de los sistemas públicos de salud en regiones con ingresos medios y bajos para recomendar acciones que impacten positivamente en la calidad de vida de las personas afectadas.
La tasa de diabetes y su mortalidad asociada están en aumento en Latinoamérica y el Caribe. Estas regiones concentran el 80% de la población afectada. La Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de Diabetes, entidades referentes en este ámbito, reconocen que la lucha contra la diabetes no debe basarse en un modelo único. Adaptar el modelo de gestión a la realidad de cada zona geográfica se convierte entonces en una tarea compleja pero imprescindible. La revisión sistemática incluida en el proyecto de investigación CEAD refleja que manejar la diabetes con éxito depende en gran medida de factores que están fuera del control de los pacientes. O, lo que es lo mismo, dependen de su entorno. Algunos de los factores más relevantes son el sistema de salud que les atiende, el ambiente físico en el que viven o el círculo de personas con las que se relacionan.
En la mayoría de países de Latinoamérica y el Caribe, el instrumental y las medicinas corren por cuenta de la persona afectada. En pacientes con diabetes tipo II, la monitorización se recomienda al menos una vez al día. Además, puede ir acompañada del suministro de una dosis de insulina. Por si fuera poco, la diabetes está relacionada con otras patologías como la hipertensión u otros problemas circulatorios, que pueden requerir la compra de más medicinas. “Todos los días gasto unos 3 dólares entre pastillas y tiras reactivas. Al mes, son casi cien dólares sólo en eso”. Es el testimonio de uno de los participantes en los talleres de storytelling que el proyecto CEAD ha llevado a cabo en Ecuador. El salario mínimo ecuatoriano en 2020, el momento de las declaraciones, era de 400 dólares.
Algunos aspectos más abstractos del sistema de salud son también importantes para mejorar la asistencia médica para la diabetes. La existencia de perfiles multidisciplinares en la plantilla permite que la atención pueda enfocarse desde diferentes perspectivas, un valor añadido que no se encuentra entre equipos formados por profesional de la misma especialidad médica. También se ha demostrado relevante ofrecer una atención centrada en el paciente. Este enfoque asistencial implica comprender y responder a las necesidades individuales de las personas a las que se atiende. Se nutre del conocimiento científico y se orienta desde principios éticos. La investigación CEAD ha comprobado que resulta más efectiva en el control de la diabetes que las recomendaciones dirigidas a la población general. La revisión sistemática concluye también que la actitud paternalista y la comunicación vertical de los trabajadores de la salud puede ser una barrera. Fomentar la comunicación bidireccional con el paciente y potenciar el rol del personal de enfermería se plantean como alternativas satisfactorias.
Por otro lado, el equipo CEAD señala que la sanidad en las regiones analizadas se enfoca más en la rehabilitación y tratamiento que en la prevención o las fases diagnósticas. Por ello propone dirigir esfuerzos a la mejora de la detección temprana de diabetes tipo II.
Desde la contratación de personal y adquisición de recursos materiales hasta los aspectos abstractos de la gestión en centros sanitarios, pasando por el acceso universal a medicación e instrumental para las personas afectadas, la mejora de la atención en diabetes requiere de cambios a la altura de las circunstancias. Revertir la tendencia patológica de la sociedad latinoamericana y caribeña depende de acciones que escapan a las personas enfermas. Adaptar el modelo de gestión sanitaria de la diabetes a través de políticas públicas es una tarea imprescindible en la que las administraciones tienen mucho que decir.